17 jul 2014

XLVI CAMPEONATO NACIONAL DE VUELO A VELA - 2014

Queremos informar a todos nuestros socios y seguidores de una gran noticia y es que este año, Las Sillas Voladoras representadas por Miguel Yael, un buen amigo y socio de Las Sillas Voladoras, han ganado el XLVI CAMPEONATO NACIONAL DE VUELO A VELA - 2014 y esto ha sido posible porque consiguió darle la vuelta a unos pronósticos que a priori decían que por la gran diferencia de experiencia que tenía con respecto a los otros competidores de categoría contrastada y muchos títulos a sus espaldas, auguraban otros retos que sobretodo se basaban en aprendizaje, pero Miguel ha sido con sus escasas 200 horas de vuelo, superar a todos mezclando juventud, atrevimiento, inteligencia y todo con su avión (St. Libelle) que no es suyo, si no prestado por un gran amigo suyo. INCREIBLE, es lo que menos diría de su gran proeza.
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Miguel no sufre ninguna discapacidad, pero como tantos otros socios con o sin minusvalía colabora y nos ayuda en sus ganas por encontrarnos los mejores presupuestos por tierras alemanas para reparar nuestro nuevo “siniestrado” EC-BUK, se ofrece a llevarnos el avión a Alemania cuando por fin consigamos lo suficiente como para repararlo y se siente vinculado a las Sillas Voladoras por ser un socio que apoyando nuestra causa se presenta a las competiciones con su licencia deportiva expedida con las Sillas Voladoras y así consta en las clasificaciones como nombre del Club por el que vuela.

Sin más, os dejo su relato y vivencias en este campeonato redactadas por el mismo, así como unas imágenes:
 
Hola a tod@s,

Antes de entrar en harina, me gustaría dar las gracias a aquellas personas que me han permitido participar en el 46 Campeonato Nacional de Vuelo a Vela. Ellos son ,en primer lugar, Javier Castrillón, mi Sr. Instructor, que con sus conocimientos y dedicación al Vuelo a Vela en concreto, y a la Aviación, en general, me supo transmitir esa pasión que él mismo demuestra; Ekkehard Schierle, el generoso dueño del avión que vuelo y gran persona que de forma totalmente desinteresada conmigo comparte; Las Sillas Voladoras con su gran ilusión sin barreras, un ejemplo para todos de superación y pasión a partes iguales y por último, pero no por ello menos importante, a mi familia, por el apoyo y cariño que cada día me demuestran.

El Campeonato comenzó bajo la amenaza de mala meteo. Una baja presión situada en el Atlántico, enfrente de Portugal prometía días no demasiado buenos, térmicas flojas-medias y techos más bien primaverales, situación, a priori, favorable para mi, siempre y cuando el viento se mantuviera moderado. El St.Libelle tan ligero y ágil como es, encuentra su mayor ventaja trepando en térmicas estrechas y flojas, con techos bajos, que obligan a transiciones cortas entre térmicas, donde otros aviones no pueden usar su mayor velocidad y planeo con tanta facilidad.

Tras los dos primeros días de competición, donde la meteo fue razonablemente buena con respecto a lo que se pronosticaba, las clasificaciones fueron tomando forma. Jose Antonio Blanco y Joao Rosa con el Janus lideraban la Clase Club, con dos vuelos extraordinarios por encima de 100km/h. El resto de participantes poco podíamos hacer más que felicitarles y esperar que llegará nuestro día.

El frente llegó al campo y el tercer día fue cancelado para que de nuevo, el cuarto día, repitieran victoria los pilotos del Janus, apretándose las cosas por debajo.

El quinto día con una prueba de sectores y cuando las cosas parecían decantarse bastante para los favoritos, consigo hacerme con la victoria en la prueba, igualándoles en velocidad absoluta, y ,contento, me mantengo segundo en la general recortando algunos puntos.


El sexto día promete. Amanece despejado y pronto los cúmulos pintan el cielo, el viento no parece demasiado fuerte, aunque existe, y con el final de la competición pisándome los talones toca apretarse los cinturones para intentar luchar por la victoria tras el éxito de la jornada anterior. La tarea propuesta es una prueba de velocidad de 300km. Antonio González vuelve a clavar la meteo y el recorrido nos lleva por las mejores condiciones, tocando únicamente una zona azul complicada durante algo menos de 60 km en mi clase. El resultado; el vuelo más rápido que he hecho en el Libelle hasta la fecha ganado la prueba con 1000 puntos y la ventaja suficiente para arrebatar, por la mínima, el primer puesto en la general a la pareja ibérica.
  La caprichosa meteo decidió dar emoción extra a la última y decisiva prueba. Un vendaval y nubes altas habían venido a despedir el campeonato. Con lógicas dudas de por medio, la organización debate entre cancelar el día, por seguridad, y no hacerlo,  la balanza se decanta por lo segundo, y todos al aire con una tarea por sectores con radios amplios y un tiempo relativamente corto. Yo tenía claro que pese a la meteo, tenía que salir a ganar la prueba, no gozaba de ventaja suficiente y  Jose y Joao iban a salir a por todas, no podía confiar en simplemente cerrar la prueba y volver a casa. Según nos ponen a todos en el aire, las dificultades para dar la salida eran evidentes, hasta el punto de que tan solo cuatro pilotos en Clase Club conseguimos darla, hundiéndose el resto o incluso no despegando otros. Una vez consigo empezar la prueba, sin excesiva altura, el viento muy fuerte en cola me permite ir rápido y paralelo a la sierra prácticamente sin perder altura hasta Sepúlveda, primer punto de viraje. Ahora tras cambiar el rumbo 180° la historia cambia, como estaba previsto, el viento en cara no me deja casi avanzar, no puedo tomar altura por que las nubes lo cubren todo, me separo un poco de la sierra, con miedo de perder tiempo, para acercarme al llano aun soleado. Tras unos largos minutos, de mala térmica en mala térmica, el Janus avisa de que se hunde y tiene que aterrizar en el Aeródromo de Villacastín. Conocida la noticia, sé que volviendo a casa soy campeón, hay que tranquilizarse y no correr, así que me decido por usar la térmica en la que estoy hasta el techo, por mala que fuera, asegurando saltar el desnivel de La Salceda para seguir por la cresta de la ladera que me llevaría a casa, puesto que el viento ha rotado y ahora parece que funciona muy bien. Dicho y hecho. En la Mujer Muerta consigo algo de altura, salto al último sector y gano la prueba y finalmente el Campeonato.
 Aprovecho para volver a felicitar a todos los participantes por el buen ambiente, y por supuesto a los ganadores de las otras clases, en especial a Pilar Muñoz, y a la organización que de manera voluntaria ha permitido que todos pasemos una muy buena semana. Gracias a todos los pilotos, que no son pocos, que en los momentos previos a la prueba con sus conocimientos me ayudaron a preparar el vuelo, y en concreto a Jose y Joao que por poner el listón tan alto consiguieron sacar lo mejor de mí. El año que viene echamos la revancha ;-) .
 
Felices vuelos a tod@s!
Miguel Yael 






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